¡Hola!, me llamo María Isabel
Ballestero y soy de Valencia. Me
apasiona el mundo de la pintura y literatura desde siempre. Cuando era
pequeña ya dibujaba en la pizarra de la escuela. Mi otra vocación es la
literatura, así es que tanto en un terreno como en otro disfruto al máximo a la
hora de ejecutarlo. Desde que realicé mis estudios de dibujo artístico y dorado
y policromado hasta ahora, tengo que decir que no ha sido un camino de rosas.
He luchado incansablemente. Nunca se me ha pasado por la cabeza abandonar, o
arrojar la toalla, y lo seguiré haciendo mientras pueda.
Si las dificultades han sido
muchas, éstas me han servido para sentirme más fuerte y seguir luchando por lo
que me gusta. Como ya he dicho antes, en el momento de la realización de la
obra, bien sea artística o literaria , me siento tan feliz que gozo de placer y
eso no me lo quita nadie; luego ya es entrar en otro mundo muy complicado del
que más adelante ya contaré algunas situaciones en las que me he visto inmersa.
Por la situación actual de nuestro
país, los jóvenes cada vez más se van al extranjero en busca de trabajo. Nada
nuevo para mí, ya que con 17 años me
marché a Suiza con una amiga de la misma edad y con el consentimiento de
nuestros padres porque éramos menores. Era en un colegio de monjas
internacional de mucho prestigio, así es que las alumnas también procedían de
familias bastante ricas, pero nosotras nos pagábamos los estudios trabajando.
Hay que decir que el trabajo era sencillo y las clases de francés intensas, por
lo tanto después de un año regresé a España con nota alta, la cual cosa me
sirvió para adentrarme en el mundo de la literatura.