Si hace una
semana, me llegan a preguntar ¿qué es el Bla Bla Car, o la Cachimba?, lo más
seguro es que hubiese contestado: “paso palabra”. Ahora puedo contestar, con
conocimiento de causa que ya sé lo que es, y por cierto ha resultado ser para
mí, muy gratificante.
Fue entonces cuando me habló del Bla Bla Car. Yo quedé muy
extrañada, pero me convenció, y como ya he dicho antes, he quedado muy
satisfecha.
Tuvimos
suerte de encontrar a un buen conductor, así como también las dos chicas que
compartían viaje. A mitad de camino paramos a cenar, y durante la cena, yo
empecé a contar chistes y recitar alguna poesía. A ellos les gustó mucho, por
lo tanto, lo pasamos todos bien. Yo les prometí que les escribiría en mi blog
la poesía que tanto les había gustado, así es que hoy he decidido cumplir con
lo prometido.
Pero antes
quiero decir que al llegar a Granada estaba lloviendo y así fue hasta nuestro
regreso. Después de visitar al Santo, tuvimos tapeo y pateo. Visitamos la
catedral y también el barrio moruno, donde tuvimos ocasión de tomarnos un té de
hierbabuena y aspirar el vapor de la cachimba, se parece bastante al fumador de
tabaco, pero allí es a base de frutas, es algo así como aspirar el vapor del
eucaliptus, pero nosotras la pedimos de cerezas.
Por cierto, estábamos rodeadas
de más gente valenciana. Al volver,
eran otras personas, pero también fue un viaje inolvidable, sobre todo porque
estábamos viajando con gente joven y encantadora.La poesía la
voy a escribir en la entrada siguiente.
Por último,
deciros que gracias por vuestros comentarios, pues la gente que ya ha leído mi
novela, me dice que les gusta mucho porque se creen el argumento, y muchos
elogios más. De nuevo os invito a que la leáis a aquéllos que todavía no
la habéis leído, yo os aseguro que os va
a encantar; así pues, ánimo y leed: Una noche loca de verano, ¡os va a
sorprender!...