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Febrero el corto, un día peor que otro



Cuanta verdad encierra este refrán, lo podemos  comprobar por nosotros mismos; unos días hace frío, y, otros, en cambio, luce un sol que abrasa. Viene a ser algo así como la propia vida, unas veces estamos tristes, ya bien sea por nosotros mismos, por nuestra familia, o por nuestros amigos. Sin embargo, hay días en los cuales lo pasamos fenomenal, y nos sentimos felices. 

A pesar de las dificultades, hay que intentar superar todos los obstáculos e intentar ser felices, porque la alegría alarga la vida.

Cuando vemos los telediarios, nos enteramos de noticias escalofriantes, algunas son tan fuertes que casi nos corta la digestión, porque siempre nos las presentan a la hora de las comidas. Está bien que nos informen sobre lo que ocurre en el mundo, pero yo pienso que también habrán otros temas interesantes donde no tengamos que sufrir tanto.

Luego, en el tiempo de entretenimiento, nos podrían poner películas donde podamos llorar, sufrir, pero sobre todo, reír, pues lo necesitamos y mucho. Yo echo en falta aquellas  películas que nos hacían llorar, pero de la risa. Asimismo a los artistas del humor contando chistes. Desde aquí pido a quien corresponda que tome buena nota, porque la risa también alarga la vida. Mira por donde me viene a la mente un chiste que contó un compañero mío de trabajo hace años, y es el siguiente:

Una viejecita que está muy sorda, pero es muy cotilla, sale a la calle y ve  a un grupo de gente congregada, se encuentra a un joven y le pregunta:
-Oiga, ¿qué pasa?
-¡Una riña!
-¿Una niña?
-¡Nooo, una disputaaa!  –contesta gritando el joven.
Con lo cual, la anciana responde:
-Ah, pues ya no es tan niña… ji,ji,ji,ji.

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