Si hay estafa o decepción a la hora de
publicar un libro, es algo que duele bastante, porque toda la ilusión creada,
se viene abajo y todo por culpa de personas irresponsables o mal intencionadas.
Si digo esto es porque me ocurrió otro caso parecido.
Me encontraba yo todavía
disgustada por la decepción sufrida con mi novela, cuando alguien, con muy
buena intención y después de quedar enterado de mi fracaso literario quiso
ayudarme aconsejándome que fuera al Ayuntamiento del pueblo porque sabía de
buena mano, que allí se publicaba y de forma gratuita.
Como insistió, yo me
animé y me presenté con mis tres cuentos infantiles y el encargado del tema,
sonriendo y con cara de satisfacción, me dijo:
-Están muy bien, y además hay dibujos…
-Déjame los originales y yo te hago
fotocopias por si se pierden. Vuelve dentro de un mes que ya estarán
publicados, porque precisamente este año hay presupuesto y sólo estás tú.
Siguiendo con su consejo, así lo hice; me
marché para casa contenta pensando en que esta vez había acertado, pero no fue
así, porque volví justo al mes y no me los habían publicado, con lo cual yo,
enojada, le pregunté:
-¿A qué se debe esta falta de
cumplimiento?, pues tú me aseguraste que sí.
- Desde luego, pero ha surgido un cambio
imprevisto. Alguien más importante que tú, desea que le publiquemos el suyo.
Con la cabeza cabizbaja pero con firmeza,
le dije:
-Entonces, devuélveme mis cuentos.
En ese momento quien se encontraba
cabizbajo era él, pues me dijo:
-No los encuentro por ninguna parte,
vuelve dentro de una semana a ver…
Estuve yendo todo un mes para seguir
reclamando mis cuentos, pero sólo encontraba excusas. Después me enteré que se
había ido a América, por lo tanto a mí me dio que pensar.