Hoy, al subir en el metro, me he
encontrado sobre un asiento una revista de las llamadas: “Revistas del
corazón”, que alguien se la ha dejado olvidada, o que ha decidido dejarla para
que otros la lean, de todos modos a mí me ha servido para entretenerme un buen
rato mientras viajaba, pues es un trayecto largo porque dura más de una hora.
Casi siempre llevo un libro para
leer, o un cuaderno donde escribo lo que se me ocurre en un momento dado, y así
no me resulta tan pesado el viaje ni aburrido. Pues bien, he cogido la revista
y he empezado a ojearla. Se puede decir que en toda ella se habla de “glamour”.
Las fotos son impresionantes, a decir verdad, tanto ellas como ellos están
guapísimos; aunque algunos cuentan ya con bastantes años, aún así, da gusto
verles ¡claro!, pero los más jóvenes aún más.
Me llama la atención, cuando
sonríen, unos y otros, que parece que hayan ido todos al mismo dentista, por
aquello de que se les ve una dentadura idéntica y perfecta. Aunque, eso sí, les
queda muy bien.
¡Vaya trajes que llevan! Además
de ser preciosos, es también porque su figura es la ideal para poderlos lucir,
repito, tanto ellos, como ellas. Pero las mujeres lucen todavía más por la gran
variedad de modelos. Todos los vestidos son muy distintos, pero no sabría decir
cuál me gusta más. La pena es que costarán un dineral y sólo es para la ocasión
del momento. “Glamour y, más glamour”… Joyas y más joyas…
Me pongo a pensar y me acuerdo de esa frase: “siempre
han habido ricos y pobres”. Es cierto, sin embargo no me cuadra para nada, la
sociedad actual que estamos viviendo en nuestro país, con lo que acabo de ver.
No quisiera juzgar a nadie, pero,
si por una parte los hay que derrochan hasta la saciedad, otros, buscan comida
en los contenedores de la basura para poderse alimentar. ¿No sería mejor,
ocuparse un poco de los más pobres para que no se vieran esas escenas tan
dramáticas? Gracias a Dios que existen centros de atención a los más
necesitados, como Servicios Sociales, Cruz Roja, Cáritas, Particulares, y un
gran voluntariado de jóvenes donde les atienden a diario, sin embargo creo que
aún no es suficiente.
Con lo que les sobra a unos, bien se podrían
cubrir las necesidades de otros. Es una reflexión mía. Hasta es posible que los
más ricos se ocupen, colaborando activamente en donaciones económicas, por eso
digo, que no quiero juzgar, pero me llama muchísimo la atención al ver de un
extremo a otro.
Cuando yo era pequeña, aprendí
que: los seres humanos nacen, crecen, se reproducen y mueren. En principio
todos somos iguales, pero luego cada cual ha de seguir con su propio destino.
Unos nacen para ser ricos, y otros, para ser pobres.