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Temporal de olas gigantes, o la ciclogénesis



Estos días estamos viendo en los telediarios el temporal marítimo que está azotando el norte de nuestro país. Es impactante ver las olas gigantes cómo chocan y rompen contra lo que pillan por medio.
Son muchos los curiosos que se aproximan para poder ver de cerca el mar cuando está agitado, ¡es espectacular! Algunos se retiran completamente mojados porque a pesar de las precauciones, la ola los alcanza y salen huyendo.

La gente del lugar asegura que no se ha visto nada igual en 40 años.
A mí me viene a la mente un poema que tengo escrito desde hace algún tiempo y que se ajusta bastante a la situación de la ciclogénesis actual. A continuación os lo voy a transcribir:

MAR EN CALMA O TEMPESTUOSO
El mar.
La mar.
Qué hermoso es

contemplar su inmensidad.
Y, cómo después
de su majestuosidad,
vienen las olas
a la orilla
a depositar tranquilamente
y en casi nada,
su agua salada,
señalando su límite
entre el agua y la arena.
Mas, si este mar
se desencadena
y enloquece,
tiemblen los humanos,
ciudades y arboledas.
Arrastrando, a su paso,
todo cuanto encuentra.
Olas gigantes
podrían acabar con todo
en un instante,
y sin que pueda
impedirlo nadie.

Ni tan siquiera la robótica está preparada para ello. Quieran o no, la naturaleza es mucho más fuerte.

Si digo esto, es por el comentario que he oído estos días también en televisión, pues gente muy preparada, entre ellos, científicos, dicen que los robots, en un futuro nos van a sustituir en todos los campos, e incluso son más inteligentes que los humanos, pero carecen de sentimientos, y yo me pregunto ¿Celebrarán los robots el día de los enamorados?

Pues nosotros ¡sí!, ya que no hay nada mejor, que el amor, cuando es verdadero ¡Viva San Valentín! ¡Felicidades a todos los enamorados!

Ahora quiero agradeceros vuestra generosidad porque ya van surgiendo comentarios muy favorables respecto a mi novela. Seguid comprándola y disfrutad de la lectura, ya que no os aburriréis en ningún momento. Gracias.