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Carta abierta a mi querida amiga Kate

Cuánto me gustaría poder estar a tu lado en estos momentos tan duros, para ti y tu familia, pues quisiera poder abrazarte y darte mi cariño, pero la distancia lo impide.

Eres un ser especial, ya que irradias alegría, a pesar del sufrimiento, pues tú animas a los tuyos sin perder la sonrisa.
Es cierto que tienes a tu familia cuidándote y velando por ti; hacen todo cuanto está en sus manos, pero la última palabra la tiene Dios.
Él hará su voluntad, pero a pesar de todo, mantienes viva tu esperanza, y es, porque tienes mucha fe. Adelante, sigue así, pues la fe mueve montañas…
En caso contrario, si es que ha llegado tu hora, y tú lo sabes bien, mejor es así, desde la fe, porque los que creemos en Dios, sabemos que la vida no acaba aquí, se transforma. Nuestra alma va directa a Dios para gozar con Él y los nuestros, eternamente…
Tú te lo mereces porque has obrado el bien en esta vida, y has sufrido mucho, aún así, transmites paz y alegría.
Te quiero por cómo eres y, a Jon, tu marido, también.
Doy gracias a Dios por haberos conocido, y ya son muchos años. Me siento afortunada.
Los dos fuisteis mis profesores de inglés y vecinos cuando vivía con mis padres en el Cabañal.
Aunque sois alemanes, ya lleváis años en América, tanto es así que, vuestros hijos y nieto, son americanos. En todas partes hay gente buena como lo sois vosotros.
En la carta que recibí ayer, Jon me pide un favor especial, que te mande copia de mis cuadros y unas postales de Valencia, porque sabe que te alegrarás mucho cuando lo veas, en tus momentos de lucidez. ¿Cómo me iba yo a negar?, pues hoy sin falta, he ido en metro hasta Valencia que tarda más de una hora en llegar, y lo he hecho con gusto. Aunque voy todas las semanas, hoy ha sido de una manera especial.
Me he acercado hasta la basílica de la Virgen y le he rogado a Dios que mi carta llegue a tiempo. La voy a mandar certificada y urgente por correo postal para que te llegue con seguridad y rapidez.
Por correo electrónico te llegará el resto de fotografías de mis cuadros más recientes. Como yo no sé manejar internet, lo hará otra persona.
Jon me dice que mi última novela te ha gustado. No sabes cuánto me alegro, porque siempre he valorado mucho tu opinión.
Mi hermana y yo seguimos rezando, pues todo queda en manos de Dios.
¡Besos y abrazos!
Os quiero, os quiero, os quiero...
Maribel
25 de marzo de 2014